El Lago de los Cisnes, El cascanueces, La Boheme o Carmen son algunas de las obras más representadas a lo largo de la historia. El ballet es uno de los reclamos culturales y artísticos más destacados del ocio. Música y movimientos corporales que se fusionan en una composición de extrema delicadeza y belleza. Son numerosas las compañías que han ido forjando la historia de la danza y que, año tras año, viajan por todo el mundo difundiendo el amor por esta disciplina. En Taquilla.com contamos con un gran repertorio de espectáculos clásicos y modernos, que podrás disfrutar en tu ciudad.
La danza es una expresión que ha acompañado al ser humano desde el inicio de los tiempos. La necesidad de comunicarse desembocaba en movimientos corporales, que representan todo tipo de estados de ánimo. Como consecuencia, se comienza a utilizar la expresión corporal en todo tipo de rituales, ya sean religiosos, sociales o bélicos. A medida que avanzan las sociedades, el mundo de la danza va cogiendo forma, evolucionan en sus fines y tipos. Surgen cada vez más géneros y se perfecciona la técnica, dando paso a las disciplinas que hoy conocemos.
Se puede establecer el inicio del ballet entre los siglos XV y XVII. El primer país donde se tiene constancia de la existencia del ballet es Italia. No obstante, la danza evoluciona de forma distinta en cada país, por lo que se puede hablar de distintas escuelas en el mundo que han sido claves en la historia de la misma. Aunque todas ella comparten la esencia de la danza clásica, existen algunas diferencias que vamos a desgranar a continuación.
Escuela Francesa
Fue en Francia donde se creó la Académie Royale de la Dance, una escuela cuyo objetivo principal era la profesionalización de los bailarines. Esta academia fue el gran referente de las escuelas posteriores. Se caracterizaba por la elegancia y la perfección en la ejecución y seguía una línea de danza clásica muy concreta. Sin embargo, recién entrado el siglo XX comenzó a empaparse de la técnica de otras escuelas, como la de Italia o Rusia.
Escuela Italiana
Milán es la ciudad en la que la danza se empieza a profesionalizar en los primeros años del siglo XIX. Es en Italia donde surge el antecedente del ballet, concretamente la llamada Moresca. Se trataba de un espectáculo de entretenimiento público en el que se representaban temas de actualidad mediante la danza y el teatro. A medida que pasaban los años, la Moresca evoluciona y se convierte en un espectáculo exclusivo para las clases altas y, por ello, se empieza a reorganizar y codificar. Ya no es solo simple entretenimiento, si no que se convierte en arte. Es en 1837 cuando se puede empezar a hablar de Escuela Italiana, con un método caracterizado por la dificultad de los giros y movimientos.
Escuela Danesa
August Bournonville es el alma mater de esta escuela, que surge de las influencias de la Escuela Francesa que él mismo llevo al Royal Danish Theatre. El bailarín danés consiguió crear un estilo de ballet propio, que llevo a la danza de su país a lo más alto. La Escuela Danesa está considerada como la cuna del ballet romántico y del uso de puntas para las bailarinas. En la técnica de esta escuela destaca el uso de los brazos en la construcción de los pasos y la sensación de naturalidad y facilidad en los movimientos.
Escuela Rusa
La Escuela Rusa consiguió adaptar a su estilo algunas de las características más importantes de las escuelas Italiana, Francesa y Danesa. Teniendo en cuenta que antes de la irrupción de este nuevo género Rusia contaba con una rica variedad de baile y música, no es de extrañar que el ballet haya evolucionado de forma única. Además, la Escuela Rusa siempre se ha caracterizado por contar con unos coreógrafos, directores, bailarines y compositores de primer nivel. Este hecho ha propiciado su posicionamiento a lo largo de la historia como la escuela de ballet más emblemática del mundo. La gran amplitud en los saltos, los movimientos y las levantadas son su rasgo más destacado.
Escuela Inglesa
El ballet tardó un poco más en llegar a Inglaterra. No fue hasta la primera mitad del siglo XX cuando se empezó a profesionalizar este género, gracias a grandes bailarines que se asentaron en Londres. Entre ellas, destacan Tamara Karsavina, Edouard Espinoza o Enrico Cecchetti. La labor de Cecchetti destaca sobre las demás, ya que fue de vital importancia para el desarrollo de la danza inglesa. Fundó una escuela en 1918 en Londres, en la que se formaron los bailarines más importantes de la historia de la danza en Inglaterra y se asentaron las bases de la Escuela Inglesa en general. Se diferencia de las otras escuelas por la pulcritud en los movimientos, la exigencia académica y la importancia de los detalles.
Escuela Cubana
Al otro lado del Atlántico surge la Escuela Cubana a mediados del siglo XX. Esta directamente influenciada por las demás escuelas, a través de los bailarines que formaron a sus componentes. La mayoría de los bailarines que pertenecen a esta escuela fueron a Estados Unidos a formarse con los mejores maestros de danza. Una vez adaptada estas influencias, la escuela va creando su estilo propio. La principal característica de la Escuela Cubana es la forma de componer las coreografías. Su método se basa en la creación de movimientos independientes que, una vez alcanzan la perfección, se unen en una sola coreografía.
Ballet Mariinski
Llamado Ballet Imperial hasta el siglo XX, esta compañía está afiliada al Teatro Mariinski de San Petersburgo. La historia de este ballet va directamente ligada al desarrollo de la danza rusa. Fue fundado por tres grandes figuras de la danza europea: el francés Marius Petipa, el sueco Christian Johannsen y el italiano Enrico Cecchetti. En 1847, Marius Petipa cogió las riendas de la escuela y creo cuarenta y seis coreografías originales y diecisiete adaptaciones. A día de hoy, el Ballet Mariinski sigue interpretando tres de esas coreografías, las más emblemáticas de Tchaikowsky: El lago de los cisnes, La bella durmiente y el Cascanueces.
La escuela Mariinski formó a algunos de los artistas más célebres de la historia del ballet, como Anna Pávlova, Rudolf Nuyérev, Mijaíl Barýshnikov, Mathilde Kschessinska o Paul Gerdt. No es de extrañar, puesto que los alumnos de la compañía contaron con formación de la mano de los mejores maestros, entre ellos Petipa y Agrippina Vagánova. A pesar de las crisis que ha sufrido el Mariinski, durante y después de la revolución del 17 y la Guerra Fría, sigue siendo uno de los ballets más importantes del mundo y, sin duda, el más importante a la hora de analizar los antecedentes y desarrollo de ballet tal y como lo conocemos hoy en día.
El Ballet Mariinski cuenta con un gran repertorio de máxima calidad, con espectáculos tan famosos como El corsario, El lago de los cisnes o La Bayadera. Además, desde el año 2001 organiza en su teatro el Festival Internacional de Danza de Ballet Mariinski, donde bailarines de todo el mundo se dan cita para demostrar sus habilidades.
Ballet Bolshoi
El origen de este ballet es, cuanto menos, curioso. En 1773 se comienzan a impartir clases de danza en un orfanato de Moscú. Tres años después comienzan a actuar para el publico. Hoy en día es considerada la compañía de danza más importante de Rusia. En 1825 trasladan su actividad al Teatro Bolshoi. Algunos de sus directores más famosos fueron Adam Gluszkovsky y Alexandre Gorsky. Este último se mantuvo en el puesto de director durante medio siglo y fue un pilar fundamental para labrar la reputación de la compañía.
Década tras década, el estilo de las coreografías ha ido cambiando según el bailarín que estuviese a la cabeza del grupo. Sin embargo, el Bolshoi nunca ha perdido la esencia que le ha posicionado como uno de las compañías de ballet más prestigiosas del mundo. Algunos bailarines importantes de la historia de la danza, se formaron y desarrollaron su carrera entre las filas del Ballet Bolshoi. Entre ellos se encuentran Ekaterina Geltser, Vasili Tikhomirov, Marina Semenova, Olga Lepeshinskaya, Maia Plisiétskaia, Nicolai Fadeyechev o Andris Liepa.
En la actualidad, su repertorio es muy variado. Algunas de las obras que interpretan son Billy Budd, Carmen, Boris Godunov, Din Carlo, Don Pascuale, Der Rosenkavalier, Iolanta, La Boheme, La Traviata, Rigoletto o The Story of Kai and Gerda.
Ballet de Kiev
La historia de esta compañía se remonta al año 1860, cuando en Kiev había una demanda artística y cultura muy alta. La primera obra que se estrenó en el Teatro de la Ópera de Kiev fue La tumba de Ascold. Sin embargo, no fue hasta 1926 cuando comenzó a desarrollar la actividad relacionada con el ballet. Pese a la convulsión que sacude al mundo en el siglo XX, la compañía continúa su actividad y poco a poco se abre camino en el mundo de la danza, convirtiéndose en una de las más conocidas a nivel mundial.
Los clásicos siempre han estado presentes en el repertorio del Ballet de Kiev. Siguen interpretando obras como El Lago de los Cisnes, Don Quijote o Raimonda. Sin embargo, cabe destacar la línea innovadora de coreógrafos como Serguei Prokofiev o Dimitriy Shostakovich. Esta fusión de tradición y modernidad aporta prestigio a la compañía y le da visibilidad y fama internacional. El Ballet de Kiev triunfa no solo en Ucrania, si no que logra conquistar al público y a la crítica del resto de continentes.
Si se hace un recorrido por la historia del Ballet de Kiev destacan grandes nombres de la danza ucraniana y mundial, como Tatiana Borovik, Anna Kushnirova, Nikolas Priadchenko o Maxim Motkov.
Víctor Ullate Ballet - Comunidad de Madrid
Esta compañía de ballet fue fundada por el encumbrado bailarín Víctor Ullate en 1988. Él mismo es el director de esta grupo que tiene como valores el talento y el esfuerzo. Por ello, desde sus inicios, se convirtió en la compañía más importante de España a nivel internacional. La calidad de sus espectáculos es la consecuencia de la exigencia como leitmotiv de sus bailarines, sus coreografías y todos los elementos que lo forman. La compañía también es una escuela de danza, por lo que siempre ha estado formada por artistas de primer nivel. Entre ellos encontramos a Eduardo Lao, bailarín con una larga y fructífera carrera dentro de la compañía y, en la actualidad, director artístico de la misma.
Además, la compañía siempre ha contado con la participación de prestigiosos artistas invitados, como Marie Claude Pietragalla, Juan Boada o Antonio Márquez. También ha contado con numerosos compositores de libretos y música entre sus filas. Entre los más importantes se encuentran Francisco Nieva, Vicente Molina Foix, Luis Delgado y Estrella Morente. En su cartelera histórica encontramos grandes obras de que han triunfado y servido de referente para otras compañías, tanto internacionales como nacionales. Entre ellas: Giselle, Don Quijote, El Pájaro de Fuego, Opus 5 o Nomos Alpha. Destacan también las coreografías de Eduardo Lao Coppélia, Tierra Madre o Burka, que han dotado a la compañía de gran prestigio.
Compañía Nacional de Danza
Su fundación data de 1979, aunque el nombre que recibió entonces fue el de Ballet Nacional de España Clásico. Desde entonces hasta ahora han pasado por la dirección de la compañía algunos de los bailarines más importantes de España. El primero fue Víctor Ullate y le siguieron algunos nombres conocidos como María de Ávila, Ray Barra o Nacho Duato. En la actualidad el cargo de director está ocupado por José Carlos Martinez. La filosofía de esta compañía se basa en la visibilización y difusión del arte de la danza, la creatividad y el esfuerzo.
Ballet Nacional de España
El Ballet Nacional de España es una compañía pública, perteneciente al Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música fundada en 1978 con el cargo de director ocupado por el bailarín Antonio Gades. En la actualidad la dirección está a cargo de Antonio Najarro. Entre sus coreógrafos más importantes se encuentran Antonio Gades, Pilar López Júlvez, Rafael Aguilar, Manuela Vargas, Javier Latorre o Antonio Canales. Se centra en la difusión de la danza española y el baile flamenco.
Cuenta con algunos de los galardones más importantes de otras países, como el Premio de la Crítica al Mejor Espectáculo Extranjero en el Metropolitan Opera House de Nueva York, el Premio de la Crítica de Japón o el Premio de la Crítica al Mejor Espectáculo en el Teatro Bellas Artes de México.
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{{#date_ses}} {{#is_unique_provider}}Esta nueva temporada de ballet se ha convertido en el año del genial compositor ruso Piotr Ilich Tchaikovsky. Las principales compañías de danza y ballet internacionales están recorriendo nuestro país con el tríptico insignia del compositor ruso: El Lago de los Cisnes, El Cascanueces y La Bella Durmiente. Uno de ...
Esta nueva temporada de ballet se ha convertido en el año del genial compositor ruso Piotr Ilich Tchaikovsky. Las principales compañías de danza y ballet internacionales están recorriendo nuestro país con el tríptico insignia del compositor ruso: El Lago de los Cisnes, El Cascanueces y La Bella Durmiente. Uno de los repertorios más famosos del ballet internacional que recorrerá de punta a punta nuestro país de la mano de compañías tan prestigiosas como el Ballet de Moscú, Russian Classical Ballet o el State Ballet of Georgia.
Todos conocemos el argumento de este trío de ases de la danza clásica pero, hoy, en Taquilla.com, queremos ir más allá y presentarte todo lo que se esconde detrás de uno de los compositores más importantes de la historia y su prolífica producción artística.
El Lago de los Cisnes
Corría el año 1877 cuando un joven Tchaikovsky presentaba ante el público del Teatro Bolshói de Moscú su primer ballet. A diferencia de lo que se piensa actualmente, a finales del siglo XIX, El Lago de los Cisnes no tuvo un estreno muy prometedor. Muchos achacaron el fracaso a la pobre producción, mientras que otros a afirmaron que el problema era que Tchaikovsky había compuesto una estructura sinfónica demasiado enrevesada e imposible de dramatizar. Lo cierto es que la obra era demasiado moderna para lo que estaba habituado tanto el público como la crítica.
No fue hasta después las muerte del compositor, cuando El lago de los cisnes alcanzaría el éxito merecido gracias al coreógrafo Lev Ivanov, quien no solo logró comprender la música de Tchaikovsky, sino que marcó un antes y un después en el modo de concebir el ballet. Desde entonces, El Lago de los Cisnes se ha convertido en una de las mayores exportaciones artísticas de Rusia y en uno de los clásico más díficiles de interpretar por su famoso treinta y dos fouettés.
La bella durmiente
La mordaces críticas de la época sobre el primer ballet de Tchaikovsky no frenaron su interés por seguir creando. De hecho en 1888 el director de los Teatros Imperiales Rusos acudió al compositor con la pretensión de que realizara otra adaptación musical de un cuento clásico. En esta ocasión sería la versión de Charles Perrault de La Bella Durmiente de los Bosques, una obra centrada en las dos principales fuerzas en conflicto: el bien (el Hada de las lilas) y del mal (Carabosse).
Al contrario que El Lago de los Cisnes, La Bella Durmiente gustó mucho entre el pueblo ruso, pero desafortunadamente Tchaikovsky nunca tuvo la oportunidad de presencial cómo su trabajo se convertiría en un éxito instantáneo en los teatros internacionales, ni cómo su reinterpretación pasaría a la posteridad. De hecho, fue el propio compositor quien bautizó a la protagonista como Aurora. La principales compañías de ballet ruso convirtieron la obra en el paradigma de técnica y calidad, como el caso de El Adagio de la Rosa, una de las secuencias más difíciles de la historia del ballet, como se puede ver en el siguiente vídeo, interpretado por la magnífica Svetlana Zakharova.
El Cascanueces
La misma suerte corrió su tercer ballet, y es que la fama no le llegaría al El Cascanueces hasta que Walt Disney utilizó su música en la película Fantasía de 1940. A pesar de que en la actualidad es uno de los ballets más memorables (y tradición navideña por antonomasia), Tchaikovsky no tenía el mayor interés en componer esta obra: fue un segundo encargo del director de los Teatro Imperiales tras el rotundo éxito del ballet La Bella Durmiente.
Basándose en la adaptación de Alejandro Dumas padre de El Cascanueces y el rey de los ratones, Tchaikovsky pasó a posteridad en gran medida gracias a esta obra, aunque su estreno en San Petersburgo fue un fracaso absoluto y no fue hasta 1927 cuando se reestrenaría en Hungría y posteriormente en Inglaterra, donde la obra alcanzaría la fama y se convertiría en un clásico atemporal.
Donde las palabras no alcanzan a expresarse, lo hacen la música y el movimiento. En un panorama cultural repleto de conciertos, musicales, monólogos y teatro solemos dejar relegada a un segundo plano una de las más apasionadas formas artísticas: la danza. Desde los delicados clásicos a las representaciones más transgresoras ...
Donde las palabras no alcanzan a expresarse, lo hacen la música y el movimiento. En un panorama cultural repleto de conciertos, musicales, monólogos y teatro solemos dejar relegada a un segundo plano una de las más apasionadas formas artísticas: la danza. Desde los delicados clásicos a las representaciones más transgresoras y viscerales, hacemos un pequeño recorrido por las obras indispensables para esta temporada
El Teatre Auditori Sant Cugat, muy cerca de Barcelona, acoge algunas de las más destacadas opciones para los amantes del ballet. Desde Francia llega, el 19 de febrero, el reconocido Malandain Ballet Biarritz para reinventar La Cenicienta. Respetando su dramaturgia original y la famosa partitura de Prokofiev, nos presenta un relato a veces trágico, a veces cómico, pero siempre repleto de magia y de bellos pasajes coreográficos. Una historia a través de la realización de uno mismo.
Finalmente, la opción que el Teatre Auditori Sant Cugat nos ofrece los días 28 y 29 de marzo es la más clásica de todas. La Compañía Nacional de Danza interpretará Don Quijote de Marius Petipa. Creada en 1869, esta obra llena de color fue uno de los ballets más populares en la Rusia del siglo XIX.
La compañía además cuenta con la colaboración de la formación musical In Slaughter Natives, que da una nueva dimensión a la presentación sonora de esta pieza. Pasión, lágrimas, brujería, seducción, muerte y danza de una belleza indescriptible. Podrás ver El Amor Brujo</a > en Murcia el día 6 de febrero y en Lorca el día 9.
Rodadanza, por su parte, se estructura en pequeñas dosis de baile y música para que el espectador se adentre en el territorio de la danza a través del dinamismo y la simbología. Todos los domingos de enero a las 20:30 h.
De mano de Rafa Méndez (reputado bailarín, coreógrafo y director artístico internacional) llega una obra profundamente visceral y emocional. Los 7 de Rafa Méndez reflexiona, a través del baile, en torno a la superación personal, la vida y la muerte, la lucha, y las respuestas. Sólo música, palabra y movimiento para acercar al público energía sin artificios.
Una honesta representación de la capacidad creativa de un afamado coreófrago y un elenco de primera formado por Cristian Velasco, Erica Rodríguez, Kevin González, Cinthia Díaz, Juan Manzano, Yurena Molina, Verónica Hernández y el mismo Rafa Méndez. En marzo estará en Sevilla, en concreto, en el Auditorio Riberas del Guadiana de Alcalá de Guadaira.
Si te encuentras en Andalucía tienes una cita con la compañía de Manuela Nogales Danza. Representará, durante todo el mes de enero en Málaga y el 24 de febrero en Granada la obra …de muebles viejos hacerse un árbol. Una alegoría corporal de la poesía confesional de Anne Sexton.
Una lectura del sonido y las resonancias de sus palabras para hacerlas movimiento. Manuela Nogales, con más de 30 años de experiencia en investigación coreográfica, trata de romper así tabúes como el incesto, la locura, las drogas, el alcoholismo, el aborto, el adulterio o la masturbación, desde un punto de vista femenino.
Entre los hermosos cipreses del Teatro del Generalife cobrará vida de nuevo uno de los ballets más exigentes conocidos, producido de la mano de Petr Zuska y con unos bailarines absolutamente soberbios. También podrás disfrutar esta pieza en el Palacio de Congresos de Valencia el próximo 16 de enero, y en el Teatro Cuyás de Las Palmas de Gran Canaria los días 28 y 29 del mismo mes.
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